Con gran gozo celebramos nuestra fiesta patronal: la impresión de las llagas a nuestro seráfico padre san Francisco. Nuestra casa lleva el nombre del lugar donde ocurrió este hecho tan importante: Alvernia. Sin duda que este acontecimiento es muy importante para cualquier franciscano, pues marca una perspectiva de nuestra espiritualidad: la configuración de nuestras vidas con la cruz de nuestro Señor. Así, que para nosotros es una gracia y una tarea, vivir en un convento que lleva este nombre.
Ese día, tuvimos la celebración de la santa misa a las 11 de la mañana, presidida por fr. Mario Madrigal; además, nos acompañaron los frailes de los conventos san Francisco y Monserrat, los aspirantes, que estuvieron de convivencia ese fin de semana, y fr. Franco Brenes, que estuvo unos días en el país. Luego, compartirmos el almuerzo en un clima de fraternidad.
Roguemos, hermanos, para que cada día seamos más fieles a la gracia de la profesión, mirando a Cristo a través de los ojos de Francisco.