"La Regla y Vida de los Hermanos Menores es esta, a saber,

guardar el santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia,

sin nada propio y en castidad"... Francisco de Asís.


Hermanas Clarisas Capuchinas

Hermanas Clarisas Capuchinas

Una manera de vivir el Evangelio

“Gracias porque me creaste” (Santa Clara de Asís)


¿Quiénes somos?

Somos una fraternidad de Clarisas Capuchinas que hemos descubierto nuestra vida como un regalo de Dios, y nuestra vocación religiosa como “Uno de los mayores beneficios que hemos recibido y estamos recibiendo de nuestro Padre de las Misericordias”

Nuestra forma de vida consiste en guardar el Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

Nuestro carisma es: la contemplación.

Compartimos en ambiente de familia, la oración, el trabajo, el estudio, el recreo, con sencillez y alegría, siguiendo a Cristo.

Vida de oración

Constituye el elemento primario de nuestra vida contemplativa. Una continua acción de gracias a Dios tan cerca de nosotros en Jesús.

Nos mantenemos unidas porque miramos en la misma dirección y nos une el mismo ideal: Jesucristo.

Vida en Clausura

A ejemplo de Jesucristo que vivió su vida oculta en Nazaret, junto con su madre, hemos elegido llevar vida encerrada en cuanto al cuerpo a fin de dedicarnos al Señor con espíritu libre.

El trabajo

Es llamado gracias del Señor, condición inseparable en nuestra vida en pobreza y humildad. Es expresión del servicio fraterno, de esta manera nos asociamos a la obra redentora de Jesucristo que comunicó al trabajo una excelsa dignidad al trabajar en Nazaret con sus propias manos.

La Eucaristía

La eucaristía es el centro, la fuente y cumbre de nuestra vida de oración.

                                  


Si te sientes con inquietud vocacional puedes servirte de la siguiente dirección y teléfono:



Hermanas Clarisas Capuchinas


Monasterio de “El Padre de las Misericordias”


General Viejo a 500 m norte del templo de la


Comunidad de la Hermosa.


Pérez Zeledón.


Teléfono: 27 38 24 70

Fija tu mente en el espejo de la eternidad…